Glosario de Geología (en construcción)

Rocas piroclásticas

Rocas piroclásticas

Las rocas piroclásticas están constituidas por material volcánico fragmentado que por explosión ha sido lanzado a la atmósfera. Generalmente se producen en volcanes cuya lava es de tipo viscoso. (La lava menos viscosa produce las características coladas de lava.) Las rocas piroclásticas son de diferentes tipos, pero pueden distinguirse dos grupos principales:

(1) Material que habiendo sido lanzado fuera del volcán como glóbulos líquidos, ha solidificado en el aire, depositándose en forma de partículas sólidas.

(2) Material que ya ha salido del volcán en forma sólida, pero que se ha roto a consecuencia de la actividad explosiva.

El primer grupo se subdivide en cuatro clases:

Fibras de pelé. Masas vítreas, con aspecto fibroso que se forman como resultado de la exudación de la lava a través de pequeños orificios y posterior acción del viento.

Bombas. Grandes masas de lava líquida que han sido lanzadas al aire de forma que al girar en su trayectoria adquieren estructuras internas y formas características. Dos ejemplos bien conocidos son las bombas fusiformes y las bombas volcánicas (con superficie en corteza de pan). Generalmente tienen una corteza bien desarrollada y su tamaño varía desde pequeñas gotas al de masas de varios metros cúbicos de volumen. Son generalmente vesiculares.

Pómez. Material altamente vesicular derivado de lavas ácidas, que es muy abundante. Pueden acumularse como terrones o como fragmentos de pómez raídos llamados agujas de vidrio volcánico. Se pueden detectar fragmentos de pómez en rocas piroclásticas, que por cierto están limitadas por superficies cóncavas, y en sección delgada toman un aspecto trífido.

Escoria. Las lavas básicas que tienden a producir material escoriáceo; la escoria consiste en material básico muy vesicular, y que tiene mucha mayor densidad que la pómez. (La pómez flota fácilmente en el agua, mientras que la escoria es demasiado densa.) A veces se pueden encontrar una masa plana de escoria que puede llegar a tener 3 m. de diámetro; la escoria no son más que masas vesiculares de lava que se han solidificado casi completamente en la atmósfera, pero que todavía están blandas cuando caen al suelo, de manera que se expanden como tortas. Tanto el material escoriáceo como la pómez representan la «espuma» solidificada de una roca volcánica. El segundo grupo, los fragmentos sólidos que derivan por fractura de rocas preexistentes, proceden, bien de la roca encajante del volcán o de rocas volcánicas previamente formadas que se han roto a consecuencia de la actividad volcánica. Las rocas se clasifican generalmente de acuerdo con el tamaño de la partícula, composición y modo de deposición.

Toba. Se llama ceniza, por lo general, al material no consolidado; después de su consolidación (petrificación; diagénesis) se denomina toba. El material que forma la toba, o las cenizas, puede consiste en; a) cristales expulsados desde el volcán –de ahí «tobas cristalinas» ; b) pequeños fragmentos de lava (menores de 4 mm.), roca sedimentaria u otro tipo de roca encajante del volcán: «tobas líticas»; c) fragmentos (de 4-32 mm.) de rocas, conocidas como lapilIi; «tobas lapilli» ; d) fragmentos de naturaleza vítrea; «tobas vítreas». En general, el término toba se limita a fragmentos de roca en donde predominan los fragmentos de menos de 2 cm. de diámetro. Se utiliza el término aglomerado (aunque ha suscitado objeciones esta acepción de la palabra) para rocas en las que predominan fragmentos mayores de 2 cm. de diámetro. Las tobas depositadas en un medio acuoso muestran generalmente una excelente estratificación, y se pueden detectar muchas formas sedimentarias tales como la gradación y laminación de corriente (estratificación cruzada). Tufita es un nombre adecuado para designar la mezcla clástica de material piroclástico sedimentario.

Ignimbrita (toba soldada). Éste es un grupo especial, formado como resultado de la deposición por nubes árdientes de alta temperatura constituidas por material tobáceo (incluyendo pómez, lapilli, cristales, etc.) que estaba tan caliente en el momento de la deposición que los bordes de los fragmentos tendieron a soldarse, dando lugar a rocas con un aspecto bastante diferente al de las tobas normales. En muchos casos aparece un fajeado muy claro, ya que las agujas de vidrio volcánico pueden llegar a aplanarse y agruparse. dando lugar a un aspecto de fajeado o bandeado de flujo. Es casi seguro que muchas de las llamadas riolitas, y algunas rocas relacionadas con ellas, son de hecho ignimbritas y no lavas auténticas. Esto es particularmente cierto para algunas de las láminas de lava riolítica antes descritas. En una lámina de toba soldada típica, la parte superior, si se conserva, está constituida por material piroclástico típico; debajo de ésta, en las zonas en las que la temperatura se conserva más tiempo, puede observarse la compactación y soldadura de los fragmentos de toba; las capas más inferiores pueden aparentemente desarrollar una seudolava. Walker ha descrito, en Islandia, una lámina de toba soldada que se transforma en su parte inferior, en una masa vítrea como de pitchstone, producida por la casi completa fusión del material tobáceo. En este caso la temperatura del material expulsado tuvo que ser muy alta y debió de conservarse durante un considerable período de tiempo. Las ignimbritas sólo se pueden originar como resultado de una acción volcánica subaérea.

Toba palagonítica. Éste es otro tipo de toba que se desarrolla cuando las erupciones tienen lugar debajo del agua o de casquetes de hielo. Consiste mayormente de material vítreo formado por la rotura rápida del magma enfriado durante la erupción en un medio frío. No son en rigor tobas, ya que no se han producido por una actividad explosiva. Se ha sugerido como alternativa el término descriptivo hialoclástico. Inicialmente se pensó que la palagonita era un mineral. El material piroclástico que es expulsado por explosión puede sufrir dos fases de separación granulométricas –la primera, cuando se lanza al aire, ya que las partículas mayores tienden a caer más cerca que las pequeñas (la ceniza fina puede ser transportada miles de kilómetros antes de depositarse definitivamente), y la segunda, si cae en el agua, donde se producirá una separación de partículas de diferentes tamaños.

Esto puede dar lugar a una estratificación gradual y se conocen muchas capas gradadas de tobas y cenizas. Los tipos más gruesos de material piroclástico, aglomerados o brechas volcánicas, se encuentran por lo general muy cerca e incluso dentro de la chimenea volcánica. ([[Volcanes]]; [[Lava]]).

Fuente: Dávila Burga, Jorge. Diccionario Geológico. 3a ed. 1006 p. : il. ; 30 cm. Lima, Perú : República del Perú, Sector Energía y Minas : Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET), 1999.
Fecha de creación
31-Ene-2019
Término aceptado
31-Ene-2019
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