(Del latín saltare; «saltar».) (1) Término usado para describir el movimiento de una partícula transportada por el viento o por el agua, que es demasiado pesada para permanecer en suspensión. La partícula es rodada por la corriente, se eleva, avanza, pierde inercia, y cae de nuevo al suelo, repitiéndose el proceso. El tamaño de las partículas que sufren saltación depende de la velocidad de la corriente y de su densidad, p. ej., a igualdad de velocidad el agua podrá dar lugar a saltación de partículas más grandes que el aire.

(2) Una forma de saltación muy lenta tiene lugar en las laderas que están expuestas a congelación y deshielo intermitentes. Cuando el agua que está debajo de una partícula se congela, se expande y transporta la partícula hacia arriba, en ángulo recto a la superficie; cuando la película de hielo se funde la partícula cae verticalmente por gravedad.

(3) Evolución que progresa a saltos, más que de una forma continua.

(4) El material transportado a lo largo de la costa es una forma de saltación.