4 de junio de 1975. El Ing. Celestino Rodrigo, entonces Ministro de Economía argentino, dispuso una devaluación del peso frente al dólar estadounidense de 160% para el cambio comercial y 100% para el cambio financiero. Su objetivo era eliminar la distorsión de los precios relativos, pero el resultado fue una tasa de inflación que alcanzó los tres dígitos anuales y los precios nominales subieron un 183% a fines de 1975.