Dolor intenso, a lo largo de uno o varios nervios, que afecta frecuentemente a la PIEL facial, a consecuencia de la activación del virus latente de la varicela-zóster (HERPESVIRUS HUMANO 3). Las dos formas de la afección que preceden al dolor son el HERPES ZÓSTER ÓTICO y el HERPES ZÓSTER OFTÁLMICO. A veces el dolor persiste tras la curación de la erupción y las vesículas.