Alimento ideal para la mayoría de los niños. Se digiere fácilmente, está limpia y templada; confiere inmunidad frente a ciertas enfermedades (la bronquiolitis y gastroenteritis son raras en los niños alimentados con leche materna) y promueve un vínculo emocional entre la madre y el niño. Los niños alimentados con esta leche tienen menos probabilidad de ser obesos y de desarrollar maloclusiones dentales. (Diccionario Mosby. 5a ed. Madrid: Harcourt España, 2000, p.740)