Una eficaz sustancia para la fumigación del suelo, insecticida y nematocida. En humanos causa severas quemaduras de la piel e irritación de los ojos y el tracto respiratorio. La inhalación prolongada puede causar necrosis hepática. Es también utilizado en la gasolina. Los miembros de este grupo han causado cáncer de hígado y pulmón en roedores. De acuerdo al Cuarto Reporte Anual sobre Carcinógenos (NTP 85-002, 1985), puede anticiparse razonablemente que el 1,2-dibromoetano es un carcinógeno.