Este neologismo es utilizado por Felipe Meneses formado por la raiz libro y la terminación cidio, matar referido a la destrucción premeditada de libros y recintos bibliotecarios por razones ideológicas de diversa índole. En este vocabulario preferimos el uso de biblioclastia con la raíz Biblio como epítome de soporte de información y conocimiento, y la terminación κλαστός participio del verbo griego romper, siguiendo el paradigma de iconoclastia, osteoclatia, crioclastia, hidroclastia que indica rotura de objetos materiales. dejando la terminación cidium, de la raíz de caedĕre 'matar' para seres vivos, filicidio, fraticidio, feminicidio, incluso ecocidio, memoricidio, genocidio